El Pilates proporciona un desarrollo muscular que favorece la recuperación de lesiones en la espalda y las lumbares. Por eso se utiliza a menudo como complemento de la rehabilitación, dando resultados muy positivos.
El Pilates implica el movimiento de muchísimos músculos, como los abdominales y las lumbares. Esto conlleva una mejora general del estado físico de quien lo práctica. También produce un aumento de la flexibilidad muscular, del equilibrio y la coordinación si se practica de forma constante.
El pilates, si se practica de forma correcta, favorece el autocontrol para lograr relajación y disminuir la tensión física y psicológica.
Por último, el Pilates consigue reducir ciertas dolencias como los problemas de espalda. Por eso es muy recomendable para embarazadas y personas mayores, que son las más susceptibles de sufrir este tipo de dolores.
Cosas que debes saber antes de empezar a practicar Pilates
Si quieres notar los efectos del Pilates debes mentalizarte de que se trata de un deporte que requiere constancia. Te recomendamos que te prepares un horario fijo y te organices de tal forma que siempre tengas tiempo para practicarlo, porque sino no servirá de nada el esfuerzo.
Para practicar Pilates necesitarás un material básico: una esterilla, para amortiguar los movimientos y evitar dolor al realizar los ejercicios de suelo, una banda elástica que te permitirá ampliar enormemente la cantidad de ejercicios que puedas realizar y la calidad de estos y un balón de Pilates o bosu (medio balón) para mejorar el equilibrio, la estabilidad y la coordinación de nuestros movimientos.
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