Todos sabemos que los beneficios de hacer ejercicio son muchos: perder grasa, ayudar a prevenir algunas dolencias,
incrementar el bienestar general y mejorar la figura. Pero al margen todo esto,
la práctica de ejercicio nos permite transformar nuestro cuerpo, lo que
determina nuestras energías mentales y espirituales.
Hacer deporte nos ayuda a dormir mejor, a sentirnos llenos
de energía y vitalidad, a mejorar nuestro estado anímico, pero sobre todo nos
renueva sicológicamente. Sin ánimo de caer en la superficialidad, podemos decir
que con un cuerpo nuevo la vida se ve de otra forma. Nos sentimos diferentes,
capaces de emprender nuevos caminos que antes dábamos por imposibles.
Es más, el ejercicio físico puede ser un excelente
antidepresivo natural tal y como señala un reciente estudio publicado en Nature
Medicine. El ejercicio fomenta la secreción de determinadas hormonas, llamadas
endorfinas, que tienen el efecto en el organismo de aliviar el dolor y crear
una sensación eufórica. El ejercicio levanta la moral.
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