El primero de ellos tiene que ver con la creencia de que el
agua siempre es buena y no afecta al sistema de entrenamiento que venimos
llevando. Eso es falso, ya que como todo, el exceso de agua es perjudicial
tanto para el rendimiento físico, como para las funciones orgánicas.
Los síntomas de hidratarse desproporcionadamente, mientras
se realizan ejercicios, son el dolor de cabeza, las náuseas y los calambres.
Asimismo, se ha comprobado que el ejercicio por si mismo difícilmente ayuda a
bajar de peso. Esto se debe a que muchas personas realizan rutinas de fitness,
sin haber modificado su estilo de vida previamente.
El mundo del fitness puede ser tan beneficioso como
entretenido, siempre y cuando se practique responsablemente.
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